Día 4
En el cuarto día de
campamento, comenzamos con el habitual sonido de música a todo
volumen. Aún medio dormidos, nos vestimos rápidamente para ir a
desayunar. Ya con energía, y una vez que sabíamos a qué actividad
nos teníamos que dirigir, nos dispusimos a prepararlo todo. Tras el
baile diario para calentar (con Charlie dándolo todo), cada grupo se
fue con su monitor correspondiente.
Volvimos a empezar las
rotaciones, por lo que por la mañana tuvimos kayak otra vez. En el
día de ayer comenzamos con la actividad de piragüismo, la cual se
dividió en dos partes. La primera parte era una travesía hasta una
batea de la ría, donde descansamos tras la lucha contra la
corriente, y cantamos acompañados de Adrián (monitor de piragüismo)
y Fran. En la segunda parte hicimos un juego de relevos por equipos y
a continuación un mini partido de kayak polo, una variación del
piragüismo mezclado con wáter polo. Fue muy divertido y con muchas
vueltas de por medio. En definitiva, una mañana de actividad muy
entretenida, aunque bastante dura debido a las inclemencias del
tiempo.
Una vez que el material
estuvo recogido y endulzado, nos encaminamos hacia el comedor. Cada
uno se dispuso a apurar lo que había en su plato, no sin antes
cantar la pegadiza canción del comedor. Al acabar el tiempo libre
comenzó la actividad de vela.
En esta ocasión, en
lugar de sacar al agua dos raqueros y un vaurien, llevamos dos
raqueros y seis vaurien. Estuvimos toda la tarde navegando entre el
faro de la ría y el recinto de campamento. Fue emocionante aprender
a navegar un velero y poder hacerlo solos sin volcar.
Desgraciadamente, no hacía mucho viento, y tuvimos que navegar
escorados todo el rato para intentar avanzar. Fue un paseo tranquilo
y relajante, que acabó con un chapuzón desde lo alto del faro para
la tripulación de los vaurien. Mientras merendábamos en el raquero
azul se acopló Adrián muerto de frío por el agua. Nos encantó
navegar con Coral y cantar canciones entre todos por el camino.
La cena nos encantó y
con el estómago lleno nos agrupamos para la asamblea diaria, donde
el que quiso expuso sus quejas y comentarios. Además, se abrió el
buzón de cartas por primera vez, lo que suscitó especial
expectación y emoción.
Para la velada, los
monitores prepararon una captura de la bandera con una ambientación
de superhéroes y villanos bastante original. Un enfrentamiento épico
de superhéroes contra villanos, y como no ganamos los SUPERHEROES
encontrando la bandera de los villanos. La lucha fue dura y cansada.
Teníamos que atravesar el campo contrario sin que nos mataran, y no
nos salvábamos hasta que algún miembro de nuestro equipo nos
rescatara, hasta conseguir el objetivo propuesto al principio de la
noche. Tras dos partidas y reincidentes trampas, la victoria se la
llevó los grupos A y D, los superhéroes.
Aunque no tuviera lugar
en el día cuatro, cabe destacar también la actividad de Atlantis,
conformada por aula marina y snorkel. En la primera parte de esta,
las monitoras nos introdujeron de una manera amena e interesante al
entorno marino de la Ría de Arousa. En cuanto al snorkel, tuvimos la
mala suerte de realizarlo con marea baja, por lo que no pudimos
bucear mucho, aunque llegamos con bastante más facilidad a las rocas
donde hay más vida marina. En resumen, una actividad que se
distancia un poco de lo que solemos hacer, pero que resultó
igualmente divertida, con el incentivo además de aprender algo nuevo
sobre el medio.
Después de ser
arquitectos nos fuimos a los barracones y acabó otro cansado, pero
divertido día.
En el cuarto día de
campamento, comenzamos con el habitual sonido de música a todo
volumen. Aún medio dormidos, nos vestimos rápidamente para ir a
desayunar. Ya con energía, y una vez que sabíamos a qué actividad
nos teníamos que dirigir, nos dispusimos a prepararlo todo. Tras el
baile diario para calentar (con Charlie dándolo todo), cada grupo se
fue con su monitor correspondiente.
Volvimos a empezar las
rotaciones, por lo que por la mañana tuvimos kayak otra vez. En el
día de ayer comenzamos con la actividad de piragüismo, la cual se
dividió en dos partes. La primera parte era una travesía hasta una
batea de la ría, donde descansamos tras la lucha contra la
corriente, y cantamos acompañados de Adrián (monitor de piragüismo)
y Fran. En la segunda parte hicimos un juego de relevos por equipos y
a continuación un mini partido de kayak polo, una variación del
piragüismo mezclado con wáter polo. Fue muy divertido y con muchas
vueltas de por medio. En definitiva, una mañana de actividad muy
entretenida, aunque bastante dura debido a las inclemencias del
tiempo.
Una vez que el material
estuvo recogido y endulzado, nos encaminamos hacia el comedor. Cada
uno se dispuso a apurar lo que había en su plato, no sin antes
cantar la pegadiza canción del comedor. Al acabar el tiempo libre
comenzó la actividad de vela.
En esta ocasión, en
lugar de sacar al agua dos raqueros y un vaurien, llevamos dos
raqueros y seis vaurien. Estuvimos toda la tarde navegando entre el
faro de la ría y el recinto de campamento. Fue emocionante aprender
a navegar un velero y poder hacerlo solos sin volcar.
Desgraciadamente, no hacía mucho viento, y tuvimos que navegar
escorados todo el rato para intentar avanzar. Fue un paseo tranquilo
y relajante, que acabó con un chapuzón desde lo alto del faro para
la tripulación de los vaurien. Mientras merendábamos en el raquero
azul se acopló Adrián muerto de frío por el agua. Nos encantó
navegar con Coral y cantar canciones entre todos por el camino.
La cena nos encantó y
con el estómago lleno nos agrupamos para la asamblea diaria, donde
el que quiso expuso sus quejas y comentarios. Además, se abrió el
buzón de cartas por primera vez, lo que suscitó especial
expectación y emoción.
Para la velada, los
monitores prepararon una captura de la bandera con una ambientación
de superhéroes y villanos bastante original. Un enfrentamiento épico
de superhéroes contra villanos, y como no ganamos los SUPERHEROES
encontrando la bandera de los villanos. La lucha fue dura y cansada.
Teníamos que atravesar el campo contrario sin que nos mataran, y no
nos salvábamos hasta que algún miembro de nuestro equipo nos
rescatara, hasta conseguir el objetivo propuesto al principio de la
noche. Tras dos partidas y reincidentes trampas, la victoria se la
llevó los grupos A y D, los superhéroes.
Aunque no tuviera lugar
en el día cuatro, cabe destacar también la actividad de Atlantis,
conformada por aula marina y snorkel. En la primera parte de esta,
las monitoras nos introdujeron de una manera amena e interesante al
entorno marino de la Ría de Arousa. En cuanto al snorkel, tuvimos la
mala suerte de realizarlo con marea baja, por lo que no pudimos
bucear mucho, aunque llegamos con bastante más facilidad a las rocas
donde hay más vida marina. En resumen, una actividad que se
distancia un poco de lo que solemos hacer, pero que resultó
igualmente divertida, con el incentivo además de aprender algo nuevo
sobre el medio.
Después de ser
arquitectos nos fuimos a los barracones y acabó otro cansado, pero
divertido día.

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